PERFIL DEL CATEQUISTA PARA ADOLESCENTES OBJETIVO GENERAL:
Que el catequista tome conciencia del perfil y metodología de trabajo que debe tener para acompañar el proceso formativo de adolescentes. ¿Quiénes son los adolescentes? Para la realización de este proyecto, vamos a ubicar a los adolescentes como muchachos y muchachas en edad cronológica de 12 a 15 años. Aunque en realidad esta etapa es variable a la edad, pues tiene también referencia psicológica, moral, motriz, espiritual.
¿Cómo son los adolescentes?
Saliendo de las estadísticas que la mayoría conoce como características de los adolescentes, vamos a enumerar una serie de elementos propios de esta etapa:
Creativos
Responsables en las tareas que se encomiendan
Fantasiosos
Despiertan a la sexualidad
Juguetones
Sinceros en sus sentimientos
Expresan su desagrado
No soportan la opresión
Se rebelan ante lo que les parece injusto
Aventureros
Indisciplinados
Imprudentes
Hacen equipo
Amigos leales
Introvertidos

¿Qué necesitan los adolescentes en los procesos formativos?
- propuestas nuevas
- retos
- alternativas
- espacios propios
- apertura al cambio
¿Qué debe ofrecer la catequesis para adolescentes?
· Caminos de realización y formación del carácter.
· Un ambiente propicio donde encuentre cariño, respeto, libertad de acción y motivos para vivir la vida con alegría y la fe con convicción.
· Un espacio para el encuentro consigo mismo, con Dios y con los hermanos.
Apoyos a la catequesis para adolescentes
La Familia. Es el centro donde se desarrolla la mayor parte de la vida de la persona, por esa razón es fundamental que la familia tenga conocimiento y apoye las actividades que se realizan, pues con ello se fomenta una relación de diálogo y cooperación que haga más firme el proceso de formación.
La capilla o parroquia. Es importante que la comunidad cristiana particular tenga conocimiento del programa de actividades de los adolescentes, abra espacios de participación, evitando así que el trabajo sea aislado o sectario. Conozca y acepte la utilización de signos que para los adolescentes son importantes en el proceso de formación.

Dimensiones de la catequesis para el adolescente
Personal: Cada persona es una edición individual y particular de Dios por lo tanto el proceso de formación respeta su naturaleza concreta. Cada individuo es “constructor de su propia personalidad”. El Adolescente debe comprometerse a crecer como persona y cristiano. Debe desarrollar buenos hábitos y valores. Debe hacer un proyecto de vida y aprender a establecer sus objetivos y metas.
Equipo: se fundamenta en la integración de un pequeño grupo dentro de la comunidad general, con relaciones interpersonales profundas, donde se potencializa la participación de todos y la organización a través de un líder.
Comunitaria: La convivencia fomenta la comunicación y la integración con otros. El compartir momentos de diversión, reflexión, estudio y oración con participantes de otras edades o etapas de catequesis, enriquecen sus criterios y maneras de pensar y actuar.

Proyección de la catequesis para adolescentes
Familiar: El adolescente está llamado a ser un colaborador activo en las tareas y decisiones familiares. Acepta el compromiso de poner en práctica los valores y principios cristianos en su casa y con su familia.
Social: El adolescente se descubre llamado a transformar su realidad temporal. Toma conciencia de los problemas y sus causas, apoya actividades que buscan resolver esas situaciones.
Eclesial: Se integra a la participación con la comunidad cristiana local (capilla, sector, parroquia). Reconoce que Dios nos ha dado dones que debemos poner al servicio de la Iglesia.

Perfil del catequista.
Para poder realizar esta tarea se necesita un catequista que…
1 Logre Acompañar el proceso de formación de los adolescentes, para que éstos, descubriendo sus capacidades personales, se comprometan en la vivencia de los valores evangélicos.
- Acompañar: Es caminar junto a; el catequista no es el maestro que lo sabe todo sino el amigo que acompaña, que apoya, que tiene experiencia y la comparte.
- Proceso de formación: Es integral porque abarca todas las dimensiones de la persona; permanente porque es durante toda la vida y progresivo porque promueve una actitud de superación constante.
- Vivencia de los valores evangélicos: Todo gira en torno a nuestro Señor Jesús. Aceptar su Salvación nos compromete a construir un mundo más humano y fraterno donde reinen los valores evangélicos de justicia, verdad, paz y amor.
2 Sea auténtico en la vivencia de su Fe y de su forma de ser, que se note que vive con gozo su ser de cristiano y deje a un lado las falsas posturas de sabelotodo.
3 Que tenga una actitud positiva, capaz de contagiar a los demás para lograr las metas.
4 Sea creativo. Que siempre esté es busca de nuevas maneras y formas de presentar una sesión de catequesis.
5 Proyecte que es una persona educada, que se expresa correctamente, que sabe actuar en el momento oportuno, que sabe pedir las cosas y es agradecido.
6 Sea culto, capaz de apreciar y expresar el arte.
7 tenga la madurez necesaria para trasmitir disciplina, respeto, alegría, sencillez, apertura a las ideas y propuestas.
8 Que sea coherente con lo que dice, piensa y hace. Capaz de poner el ejemplo.
9 Tenga una profunda experiencia de Jesús a través de la oración, la eucaristía y el estudio.
10 Esté comprometido con el trabajo pastoral de conjunto.

Etapas de Formación en el adolescente
El “Camino de Formación” consta de varias etapas, cada una de ellas tiene objetivos particulares y metas bien definidas. El catequista debe saber ubicar al adolescente en cada una de ellas.
Aspirantado o iniciación: En esta etapa se encuentran los adolescente de nuevo ingreso, aquellos que vienen ya sea de un grado anterior o bien que llegan por primera vez a la catequesis
Germinar: En esta etapa se encuentran los adolescentes que tienen más tiempo en el proceso y que muestran sentido de liderazgo y habilidad en la toma de decisiones.
Echar raíces: En esta etapa se encuentran aquellos adolescentes que empiezan a buscar su “proyecto de vida” y es hora de estar más atentos a aspectos de su vida personal y familiar.
Florecer: Al llegar a esta etapa, el adolescente debe adquirir un carácter pro-activo en beneficio de su pequeña comunidad o equipo. Debe apoyar a los demás para que avancen en sus metas y actividades. Se convierte en el Hermano mayor que ayuda en todo lo que pueda a sus hermanos menores.
Dar frutos: Es la etapa final del camino. En ella debe encontrar espacios para realizar proyectos personales que sean testimonio de su proceso de formación. Debe asumir el compromiso de proyectar su experiencia e interactuar en la comunidad donde vive, debe llevar a la práctica sus conocimientos y cumplir un rol específico que ayude en el mejoramiento de su entorno. Puede integrarse a otro grupo o comunidad de la capilla o parroquia.
Humildad y Fuerza para amar y servir
Búfalo R. S.
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